Definitivamente indeterminable

Un café en la mano y la mirada hacia el esclarecer del cielo, las nubes circulando al compás del viento y yo estático, no sé cuantas nubes han pasado ya, pero recuerdo con ternura a los arboles quedándose calvos, mis pies cubiertos de nieve y yo temblando. El maldito café no se acaba, sigue caliente; no me […]