Caprichoso cigarro

Siempre es triste perder una amistad o negar una por situaciones que una parte no entiende (porque para una amistad se necesitan dos partes) porque no se le explicó. En teoría todo se arregla platicando es lo que dice la gente y la historia nos ha mostrado eso, ahí tenemos las múltiples guerras y conflictos que han sucedido a lo largo de nuestro maltrecho tiempo y la respuesta es tan obvia y tan peligrosa que siempre se opta por la situación más sencilla, pero algo que he aprendido es que el tiempo no cura nada, ya que el olvidar no es curar.

Brinden conmigo con una copa del vino de su gusto y brindemos por el pasado alternativo que nunca llegará y el presente ardiente que nos quema los pies y brincamos hacía los lados para no soportarlo.

Y prendo un cigarro para observar como juega el humo en nuestra copa de vino, delicioso vino tinto seco, secándome la garganta y deteniendo el camino de mi sangre por unos segundos, será el cigarro o la combinación suicida intemporal. El cigarro aunque lo prohiban, suba el 110% el costo para obtenerlo y entre otras ideas, la verdad el cigarro es tan bisexual que juega con el café, el té, la cerveza, el vino, con la desgracia y demás, esos son amores inquebrantables.

Quiero ser un cigarro consumirme en instantes, arder de una manera tajante y mezclarme con todas, todos (no importa) mis amantes y comprender el placer de extinguirme bendecido o pintado de tu lápiz labial.

El último toque y nos vamos.

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