El letrero triste

El letrero sueña con ser comprendido, se encuentra firme en el lugar cumpliendo el objetivo que le fue otorgado, peleando contra aire, sol, niños y demás. Erguido se mantiene por mucho tiempo observando como su grito callado es olvidado sin razón. El letrero siente la violación visual de la falta de respeto a su existencia, que peor dolor puede llegar a sufrir si su honor, su temple y su fin fueron ultrajados por los que lo rodean

El letrero está llorando o estará empezando a llover; una lágrima (si se aprecia con dolor) brota del letrero angustiado y preocupado por la falta de consideración. El sol calienta el letrero añora más calor para así derramar esa pintura incrustada y se convierta en un llanto de colores y quedarse mudo y no combatir contra nada, simplemente estar divagando.

Hagamos sonreír al letrero triste, (no, no le pintemos una carita feliz) leámoslo, comprendámoslo y no abusemos de la universal paciencia de los letreros tristes. Existen letreros felices, pero como todo existe esa contraparte que nosotros mismos hemos hecho sufrir, que su existencia no sea en vano. Ayudemos a los que no fueron creados para gritar algo que nos importe, hay que darle el lugar a todos los letreros tristes.

Señalamientos en la vida que nos importa un bledo, pero su existencia no puede ser nada más para molestarnos. Un letrero es un todo no simplemente lo físico, todos somos letreros de la vida

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