SÃ, estoy ardiendo,
expansión subliminal del latir que broncea mi crudo interior dejándolo en termino medio para el banquete que esta por venir.
Girando en la rueda de la fortuna,
las brasas tocando mi pecho comprimiendo mis pulmones cancerosos
¡No puedo respirar!
Los bronquios no funcionan, un retrabajo.
¡No puedo respirar!
Al aire, yo lo desprecio.
¡No puedo respirar!
Gritos que he de callar, sin tanta exaltación, respiro tranquilo, aire por los hongos, ya puedo comenzar.
He de percibir a las brasas calentando la capa toráxica.
Quemando mis huesos
con esas manos desobedientes que abrazan mi cuerpo.
Un poco pasadas se encuentra mis vÃsceras, asi te ha de gustar.
Empieza a devorar la carne con jugo que se derrama en tus dientes.
No puedes detener este sabor quemado en mi interior.
Me encuentro lamiendo mi costilla doradita con sabor a pollo,
te la comparto.
Volvamos a lamer esa costilla con sabor a pollo,
quiebrala para ver quien tiene suerte.
El tamaño decidira y juzgara tu suerte.
¡No puedo respirar!
¡No puedo sostenerme!
mis huesos se encuentran entre dientes,
mi espacio se pierde entre el tuyo.
Degenerando el presente,
yo dejo de existir y me uno a ti,
presente me encuentro en tu pasado,
futuro inciertos de presentes,
ahi estoy compartiendo el lugar de mi funeral.
¡No puedo respirar!
¡No puedo sostenerme!
—
Un ritual que nos lleva a un júbilo de expansiones inmersas y mágicas en tu existencia en la cual se encuentra todo.
awwww… nunca hubiera pensado que un pollo encerrara tanta poesìa muy bueno, illya!
Jajajaja podrÃa ser un comercial para “Las alitas”. No entiendo quién está contando el poema.. la alita o el comensal?
Un saludo hasta alla desde aca