Cuento para Natalia Lafourcade

Todo comenzó EN EL 2000 cuando compré mi CASA, bueno no era únicamente mía iba a ser para SAÚL y para mi. Teníamos todo pensado para GEORGINA -el nombre que habíamos decidido para nuestra hija-, su cuarto iba a estar lleno de ELEFANTES en todas las paredes. ¡Como nos gusta ese animal! Tal vez fue EL DESTINO pero fue gracias a uno de ellos que nos conocimos…

Ese día fui al zoológico a ver a mi PALOMA QUERIDA al aviario. Cuando me pasaban cosas malas, podía ir a platicar allí con ella. El estar ahí era UN LUGAR PARA RENACER, platicábamos de tantas cosas que aunque no me acordaba después de lo que me decía, siempre me dejaba una bonita sonrisa.

La primera vez que me cruce con SAÚL fue por donde estaban los ELEFANTES. Uno de ellos se estaba comiendo un MANGO (¡se veía super cute!) pero algo le habrá sabido mal o extraño, o quien sabe, el punto es que lo estornudo por la trompa y fue directito a parar entre los ojos de SAÚL y ¡SUELO! Inconsciente quedó SAÚL. Como era la persona más cercana a él decidí acercarme para ayudar (AYUDAR ES AMAR decía siempre mi madre) y además el chico no era feo. Llevaba días con unas ganas de conocer a un alguien apuesto, ¡este podría ser mi DÍA DE SUERTE! ¡Cupido prepara tu flecha! Anda pues m’hija BUSCA UN PROBLEMA que yo lo soluciono con un flechazo contestó mi ángel guardián. A otros los cuidará el NIÑO HOJAS, Hércules, Cuauhtémoc, La Dama, El Borracho; a mi me cuida Cupido(lotería!).

Justamente cuando le iba a abrazar para levantarlo, escuché OTRA VEZ el estornudo del ELEFANTE, no quise voltear porque ya sabía que me esperaba lo peor. Justo después del estornudo juro que oí al ELEFANTE decir “TE QUIERO DAR” y ¡zácatelas! ¡Un mangazo en la choya! Mientras caía sobre el cuerpo de SAÚL -todavía inconsciente- empecé a ver mi vida a través de mis ojos (exagero pero es que me gusta sonar melodramática). En realidad lo que vi fue un PATO, que se estaba comiendo a un GUSANO que salio del MANGO que le pego a SAÚL. Ahora todo tiene sentido, me dije, los ELEFANTES no son carnívoros y como no quiere tener el síndrome de los elefantes locos (???) lo escupió. Pobre ELEFANTE, no sabia que eso se da cuando eres caníbal no cuando comes GUSANOS. Aunque a lo mejor no es su culpa sino que alguna vez mamá ELEFANTE le dijo, no comas animalitos (eso incluye gusanos) porque tu eres un bonito ELEFANTE y el ALIMENTO DE LA VIDA del ELEFANTE son las frutas.

Mientras mis reflexiones convertidas en viaje melodramático, ESTELAR, musical, con tintes de porros fluían ¡voitelas que se levanta SAÚL! Con su cabezota (que la tiene muy dura, por necio) que me pega en pleno tabique y que me caigo al suelo. No sobre SAÚL sino EN DIRECCIÓN CONTRARIA a donde estaba. Caía en cámara lenta (otra vez el melodrama) y pensaba en que de seguro un idiota (o varios) estaría filmándola. La subiría a youtube y vendrían todos los pinches tuiteos, fotos de fail y cosas así. ¡Dios, mi vida quedara arruinada!

Pero en mi lenta caída eso no era lo que mas me importaba: lo que me daba pavor era el GUSANO del MANGO que estornudo el ELEFANTE la primera vez. ¡¿Se imaginan que el segundo MANGO también tuviera un GUSANO?! ¡Ay nanita! ¡Un GUSANO en mi hermoso, sedoso y brillante cabello largo y lacio como cola de caballo!

¿Cuánto tiempo llevo cayendo? ¿Por qué no he azotado cual res (que no lo soy)? Entre tanta imaginación insana no había sentido unos brazos firmes y fuertes que detenían mi caída, abrí los ojos y dije Sí (¿qué?, ¿por qué dije si) mientras unos susurros llegaban a mi oído izquierdo (o eso creo) y decían: “EN TUS OJOS están las flechas solo voltéalo a ver” ¡Yay! Era mi angelito ayudándome, haciéndome el paro -es lo que se espera del guardián que tenemos todos. “¡MIRA MIRA!”, me seguía gritando.

Entonces, con mi mirada mas sexy y asesina la apunte a los ojos -acababa de ver la película de las cabras y sabía como debía hacerle-, mi mirada tiraba solo un mensaje: “¡MÍRAME, MÍRATE somos tal para cual!” pero no pude aguantar la risa al ver a SAÚL lamerse alrededor de la boca todo el MANGO que tenía en la cara. Tenia incrustada en la nariz un pedazo de la semilla del MANGO – que hay que recordar que no es nada chiquita, ¡es un semillón tamaño caguama!

Así de divertida estaba cuando mi vista se empezó a nublar un poquito. Creí que era por el líquido del MANGO que me caía en los ojos de la cara de SAUL pero después, cuando me toque la nariz y sentí un líquido raro que hace mucho tiempo no sentía los ojos se me nublaron aún más. Creo que la última vez que sentí este líquido viscoso fue cuando andaba por el JARDÍN y, tan intrépida que soy, que me monto al cochino que teníamos en la casa. ¡Si, tenía un cochino en la casa!, bueno, en el JARDÍN. Así de extravagantes eran mis padres.

También tenían gallos, gallinas, gansos, pollos, PATOs, tortugas, etc. Infinidad de animales. Antes no lo entendía pero ahora comprendo el por qué los vecinos no nos querían y me echaban agua cuando iba a clases. ¡Ah, pero eso si! Siempre se llegaban a los banquetes que organizaba mi padre. Mi padre salía y gritaba “HORA DE COMPARTIR” y toda la plebe de vecinos se lanzaban a comer. No sé si en realidad era el banquete o festejaban de que no estuviera el cochino o cualquier animal que faltara aquel día.

O.K., regresemos a cuando me subí al cochino: ¡Me di un santo guamazo como de tercera cuerda contra el SUELO! En ese momento me sentí como que violada por el SUELO porque yo no le quería dar un beso, pero él me lo dio y me saco un chorro de sangre así como la primera vez cuando estuve con… mmm, bueno, ¡mucha sangre! ¡Eso, sangre! Era el líquido que sentía en mis dedos y que hacía mucho, mucho tiempo no sentía.

Sin pensarlo ya estaba gritando en la cara de SAÚL: ¡¡¡DUELE!!! Mi grito fue tan, pero tan, fuerte que todo ese líquido manguezco -por decirle de una manera, sonaría mejor “pulpa de mango” pero manguezco es mas catchy- salió volando por los aires. Mi grito fue como una secadora de pelo -me recordó al chiste de la pasita y la moto, que ese luego se los cuento- al ver la cara de SAÚL. Las hojas de los arboles cercanos salieron volando y CON LAS HOJAS LAS HORMIGAS que se agarraron con fuerza a ellas, como si fueran un paracaídas, mientras mi viento-aliento-grito las mandaban a volar.

Por mas difícil que cueste creer los brazos de SAÚL no me soltaron, es más, sentía como si mi grito se hubiera muerto en su boca. Pero no, me estaba besando… ¡me estaba besando! ¡¿como se atreve, si apenas nos conocemos?! Imagínense la escena: mi nariz sangrando, su cara toda chiclosa y lo que creo que eran unas hormigas subiéndose a mi cabello para vengarse por mandarlas a volar.

¿Por qué todos los hombres andan SIEMPRE con PRISA? Ésa y otras preguntas me cruzaban por la mente mientras me besaba; ¿acaso cree que con este beso ya me ganó? ¡¿que la PIEL CANELA que adquirí en Acapulco éste fin de semana ya le pertenece?! ¡¿Pero qué tienen los hombres en la cabeza?, ¡dios mío! Ahorita mismo me separo y le tumbo los dientes, no por nada fui a clases de karate cuando era niña. Aunque no pasé de la cinta AZUL aprendí a cerrar el puño y dar patadas; te clavaré una con la que he de LLEVARTE A MARTE y de ahí ya no regresarás a estar besuqueando a mujeres desprotegidas como yo.

¿Por qué no me puedo separar?, ¿porque siento que mis pies están flotando?, ¿por qué sigo con los ojos cerrados?, ¿por qué no me puedo mover?, ¿por qué no puedo hablar?, ¿por qué veo todo rosa?, ¿me habré enamorado?, ¿es cierto eso que dice la gente que EL AMOR ES ROSA?, ¿por qué ya todo huele más bonito? ¿será su perfume?

Abrí los ojos con mucho trabajo y puse todo en contexto. ¡Estaba con unos paramédicos!, ¿qué habría pasado? ¿me había desmayado del dolor?, ¿me había desmayado? … ¿No eran entonces los brazos de SAÚL, ni su boca lo que sentía? Que tonta fui. Mejor me estuve tranquila con los paramédicos, no debía tener nada, sólo sangre por la nariz.

En el piso, en esos momentos que miraba al cielo -porque ya muy pocas veces lo hago- me di cuenta de la TARDE. Que bonita TARDE, esa que tenía enfrente. El mangazo (y el estar tirada) me hizo pensar en muchas cosas.  ¿Por qué deje de mirar al cielo? ¿Cuando la LLUVIA QUE CAE me empezó a dar miedo y me empecé a esconder cual hormiguita? No me acuerdo. A lo mejor el ELEFANTE en realidad era Shiva y el mangazo fue como una noticia de atención. Por eso me dije y me repetí una y otra vez: DESDE HOY regresaré a sonreír y veré al cielo e intentare por todos los medios acordarme de los consejos de mi PALOMA QUERIDA. Intentaré darle TIEMPO AL VIENTO para que sople y me quite toda la mala vibra que alguien me está tirando y si eso no me la quita pues externaré pura buena vibra para que se coma toda la mala que me tiran…

Que tranquila me encontraba con el sedante. Con el sol.  Los paramédicos ya me despertarían cuando estuviera bien. Cuando despertara me pondría las pilas y cuando saliera del hospital: ¡mundo cuídate porque ahí te voy! Mientras pasaba de una a otra idea me llevé una gran sorpresa: ¡SAÚL estaba al lado mío! Como que me sonreía -en realidad era la semilla del mango que no se la habían quitado y hacía parecer como si estuviera sonriendo. ¿Estaba despierto? Traté hablar con él haciendo código morse con los ojos pero mis intentos fueron en vano. No daba signos de vida.

Un momento, ¡si hay signos! ¡SAÚL estaba llorando y temblando!, ¡paramédicos!, ¡ayuda! Intentaba gritar pero no podía, trataba de mover los pies para hacer cualquier señal (movía los dedos como pidiendo “ride”) hasta que los paramédicos se dieron cuenta. Vieron a SAÚL, le quitaron el aparato de la respiración artificial y escuché decir a SAÚL “jajajaja, me está matando de risa la niña, le empezó a dar un tick y movía los pies bien raro, perdón, perdón, jajaja”.

Cuando escuché esas palabras me puse fúrica. Lo que había prometido unos minutos antes caía en saco roto. Empecé a sentir de la panza como si algo verde fuera a salir de mis tripas, como un alien. El sedante tomo fuerza y me ese alien apareció solo en el sueño que siguió.

Cuando abrí los ojos me encontraba ya en el hospital. Sentía que el CUARTO se me venía ENCIMA ¡malditas drogas! ¿qué me dieron?. Recuerdo que empecé a temblar como caracol con sal, me hacia chiquita, chiquita, chiquita, pero volví a sentir el abrazo de la tarde y una calma interior que esa aura me fue dando. En ese momento supe que esa noche seria una NOCHE DIVINA. Muy segura de mi misma me dije “bueno que sea lo que sea, MAÑANA OLVIDARE … o no”. Como saben no la olvidé, por eso y por otras cosas más sigo con SAÚL hasta la fecha.

2003. Tres años desde que nos vinimos a vivir a la CASA tu y yo. Durante estos 3 años han pasado tantas cosas; hemos viajado por muchos lados y visto muchas cosas. Miro tu closet y veo los VAQUEROS que compraste en ESPAÑA, si ,VAQUEROS, ¿te acuerdas? Así le dicen a los jeans o pantalones de mezclilla por allá. Recuerdo como te reíste y que feliz estabas con haber comprado a unos VAQUEROS, hasta le pusiste la estrellita de los “cowboys” de futbol americano. Ibas super contento porque habías comprado  los VAQUEROS, no te cansabas de gritarlo que la gente nos empezó a ver raro -jajaja, nada mas de acordarme me da mucha risa.

Pero, ¿Y TODO PARA QUÉ? ¿para qué todas las risas si estar CONTIGO y sin ti es difícil? Te lo había dicho siempre: AMARTE DUELE. ¿Por qué fui tan ciega y no me di cuenta que eras un APOSTADOR? Sólo una tonta como yo hubiera creído ese “VIVIRE PARA TI” que me dijiste el día que nos casamos.

Después de la boda tu manía de ir a los states para ganar más varo. Tuve que aprender inglés (que hablo todo cuacho)  mientras tu no hacías nada de lo que dijiste que harías allá. ¡JUST WORDS!, siempre RUNNING TOO FAST, siempre being late. ¡¿dios porque te hice caso?! Decíamos que seriamos dos YOUNG PROFESSIONALS, como Bonny y Clyde, y yo con mi cara de wtf, HOW MANY, HOW MANY! times vas a decir basura?, ven LET’S GET OUT y LOOK OUTSIDE, dime, ¿que ves?. Era nuestra CASA. Era nuestra GEORGINA. SAÚL ¡despierta! Debiste pensar en nosotras…

… ¡Se la creyeron! El melodrama de nuevo. Lo siento, no puedo evitarlo pero es que me encanta hacer el personaje así toda achicopalada como artista de telenovela. Siempre he querido ser actriz, pero el mundo me ha llevado por los extraños mundos de la pintura. Aclaro: SAÚL y yo en estos tres años hemos estado de maravilla. GEORGINA es la mejor niña que haya conocido en mi vida y además ELLA ES BONITA (claro, salió a la mamá modestia aparte).

Una de las cosas mas graciosas que nos ha pasado con GEORGINA fue cuando empezó a gritar “DIENTE BLANCO, NO TE VAYAS”, como si pudiera hacer algo con el diente de leche que se le había cadio (era el de en medio, por donde pasan los silbidos). Por más que le quise explicar del ratoncito de los dientes o de la hada -uno de esos dos seres mágicos-, no dejaba de llorar pero nada que una paletita y unas CURSIS MELODIAS no solucionara.

Es inevitable, siempre hay un día CUANDO TODO CAMBIA, y ese fue uno de los días mas importantes para GEORGINA. Tristemente SAÚL no estuvo presente y es una de las cosas que siempre aparece cuando discutimos: “¡NO VINISTE! ¡No me imoprta que no pudieras tomar el vuelo y tuvieras que quedarte en el HAWAII BOMBAY!”. Otra de los temas que aparecen en los pleitos es el de que me enteré que su apodo de “EL APOSTADOR” era un apodo ganado a pulso. Esto hace que a veces no crea del todo en lo que me cuenta SAUL (esto si era verdad, sin melodramas, no todo lo que digo es mentira).

Al recordar ese día que no apareció me siento triste así mejor les contaré del día especial de nuestra hija. Estuvo buenísimo, hasta grabe la escena super chusca. GEORGINA, tenia que apagar sus velitas y hace HU HU HU y yo le dije “no, no es HU HU HU es FIU FIU FIU, ¿como quieres apagar las velas así?, mira te ayudo…” GEORGINA lo entendió a la primera y como el lobo del cuento: sopló y sopló y las velitas apagó.

Ese día, cuando por fin llegaste, no te reproche nada sólo te puse el video de las velitas. Lo volviste a poner pero ahora sin audio y nos doblaste las voces. Siempre me ha encantado tu sentido del humor. Eso si lo sacó nuestra hija de ti. Después de partirnos a carcajadas nos sentamos en una mesita donde tenia preparado un tentempié, el primer tentempié que preparé  cuando nos vinimos a vivir a la CASA. El platillo no tenía nombre, nosotros se lo pusimos. Se prepara con manzanas que son de dos colores, amarillito y lo demás rojo cereza. Tienen unos colores saturados y brillantes, como si tuviera “glitter” (a ver si así se entiende cómo), y por dentro son blancas… nosotros las llamamos MANZANAS DE FELICIDAD, y tu sabes que todo esto SOLAMENTE TE LO DOY A TI y con la LUNA como testigo…

Editado/Revisado por: @jluna79, !@grisgarcia

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