Yo voy a alzar la voz muy fuerte, ¿te parece si la alzamos junt@s?

Frente a los acontecimientos del pasado fin de semana la comunidad de
Nuevo León convoca a una manifestación pacífica frente al Palacio de
Gobierno este Miércoles 24 de marzo a las 6 pm.

Querid@s amig@s,

El día de hoy la comunidad del Tecnológico de Monterrey vive momentos
de sumo dolor e indignación, que se han ido contagiado al resto de las
universidades y espero, a la mayor parte de México.

El día de hoy quiero hacer extensivo mi sentir ante los actos
cometidos el 19 de marzo por la madrugada, pero también quiero
compartir con ustedes mi sentir ante el México que me recibió, después
casi 3 años de ausencia el 5 de julio del 2009.

Quiero adelantar que este México es un México que desconozco, y del
cual no puedo negar una historia y achacar todo a las evidentes malas
decisiones de los gobiernos actuales, sin embargo tampoco puedo
cambiar la historia y el corazón se me parte cuando pienso en lo que
no hemos hecho, es por eso que hoy escribo a ustedes esperando que a
partir de este lunes 22 de marzo de 2010 hagamos historia y formemos
parte de ese cambio que anhelamos, rompamos el círculo del silencio y
del olvido, hagámonos fuertes y salgamos a decir que no estamos de
acuerdo, que no queremos seguir viendo con infinita tristeza los
retazos del México que se nos cae a pedazos.

La historia de nuestro viernes sigue más o menos así.

El viernes por la madrugada hubo una balacera frente a mi universidad
(ITESM, campus Monterrey), justo a tres cuadras de mi casa. Hubo
granadas y armas de alto poder. Todavía recuerdo como entre sueños
escuché las explosiones, decidí no salir a averiguar más, a las seis
de la mañana recibo una llamada de mamá donde me da la primera noticia
que confirma mi temor al escuchar las grandas mientras dormía. El
lugar del incidente es muy transitado, yo cruzo a diario por ahí para
visitar a mis  amigos o acceder al campus. Ese mismo día una hora y
media antes de lo ocurrido estábamos de pie en ese cruce decidiendo si
tendríamos noche de estudio en casa de mis amigos o cada quien iba a
su casa, finalmente decidimos separarnos. Estuvimos a una hora de ser
nosotr@s los muertos.

El viernes por la mañana cuando llegué al campus recuerdo ver el piso
de la entrada del Centro Estudiantil todavía húmedo por la sangre que
hasta ese minuto -según las autoridades militares y la procuraduría-
pertenecían a presuntos sicarios. Caminé al rededor de las afueras del
campus y era fácil -todavía lo es- ver las marcas físicas en el
concreto de la balacera, las marcas que nos dejó a quienes vimos y
escuchamos todo aquello son todavía más estremecedoras y
definitivamente no podrán lavarse con agua.

Finalmente, el sábado por la tarde nos enteramos que los dos presuntos
sicarios eran dos de nuestros estudiantes que cayeron muertos a la
entrada de la universidad. Uno de los agravantes de su muerte fue que
tanto el ejercito como la procuraduría negó durante las primeras 48
horas que los muertos fueran estudiantes y los calificó de sicarios
armados hasta los dientes, lo cual por supuesto nunca fue verdad, y
los cuerpos de estos jóvenes fueron tratados como cuerpos de sicarios
durante todo este tiempo, no queremos ni pensar en las vejaciones de
las que fueron parte. Esto tampoco es un caso aislado, ya también l@s
estudiantes caíd@s es Ciudad Juárez y en Torreón habían sido
calificad@s de pandiller@s y narcotraficantes. Al parecer nuestra
vulnerabilidad frente a esta guerra –sin sentido- ha llegado a tanto
que cualquiera será sicario ante los ojos del gobierno, de la milicia
y sus armas.

Hoy la universidad se vistió de negro, y no sólo lo hizo con prendas.
Los pasillos están desolados, silenciosos y el ambiente tenso y lleno
de tristeza. No puedo describir la sensación de desolación que se
siente al recorrer lo que el jueves todavía era color y alegría.

No he podido decir cuando me preguntan ¿cómo estas? que estoy bien y
no he podido escuchar de nadie en la universidad una respuesta
similar. Estamos mal, estamos tristes, indignad@s, asustad@s,
molest@s, cansad@s, llenos de dolor. Hoy el campus nos pesa y nos pesa
mucho, hoy se ven nuestros rostros clamando respuestas y exigiendo
paz.

Hoy el campus esta triste, recogiendo los trozos de dignidad que nos
quedan como habitantes de este país. Hoy se respira ansiedad, angustia
y miedo.

Lo ocurrido la madrugada del 19 de marzo no fue un caso asilado,
México vive un estado de constante violencia y temor a lo largo y
ancho del país. Reynosa, Matamoros, Valle Hermoso, Ciudad Juárez,
Tijuana, Acapulco, Mazatlán, Culiacán, León, Maravatío, Zitácuaro,
Morelia, Saltillo, Torreón y quizá sería mejor si nombro estados
completos en donde esta guerra ha terminado con la dignidad, la
tranquilidad y la libertad de sus habitantes.

Esto es sólo una prueba del ambiente de violencia, inseguridad e
irresponsabilidad por parte de los gobiernos de los tres niveles.
Nuestra comunidad hoy se viste de negro y se llena de una profunda
tristeza, pero también de una tremenda rabia. Estamos destrosad@s. Y
no es que sólo abramos los ojos cuando nos tocan la nariz como ocurrió
el viernes, pero si así es ha llegado el momento de que digamos basta
y de movilizarnos.

México vive un estado de violencia, de violación a las libertades
individuales y colectivas. Les pido que transmitan esta información y
que divulguen su sentir frente a lo que ocurre en este país. Hoy más
que nunca l@s mexican@s pedimos al mundo que se solidarice con nuestra
causa y no es la causa del gobierno, es la causa de la gente que está
siendo humillada y asesinada por las pésimas decisiones que han tomado
los que se dicen llamar nuestros gobernantes. Ni perdón ni olvido, ni
un paso atrás. La sociedad civil ha dicho BASTA.

Bertha Alicia Bermúdez Tapia

Leave a Reply

Your email address will not be published.